Las emisiones de dióxido de azufre y nitrógeno pueden reducirse:
- Antes de la combustión, utilizando los combustibles con menor cantidad de azufre y reduciendo el azufre de los combustibles mediante procesos físicos o químicos.
- Durante la combustión utilizando quemadores especiales y lechos adsorbentes de piedra caliza o dolomía, que transforman el SO2 en CaSO4.
- Después de la combustión, mediante el tratamiento químico de los gases producidos con sosa, cal o piedra caliza, para eliminar los óxidos residuales de azufre y nitrógeno. Esta fase es la más eficaz de todas.
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